Después de que Lucien Smith y los demás se marcharan, la mayoría de los buques de guerra de la Estrella Retorno-a-la-Tierra se retiraron, dejando solo un pequeño número de personas de la Estrella Retorno-a-la-Tierra en la Tierra en busca de sus ancestros.
Pedro no estaba preocupado de que causaran problemas. Con la existencia de la Formación Espacio Estelar, cualquier buque de guerra entrante quedaría atrapado en la formación. Y con el Trueno que Voltea Cielos, un tesoro tan desafiante del cielo, Pedro estaba lo suficientemente confiado como para matar a cualquier enemigo que se atreviera a acercarse.
Ahora, Pedro comprendía aún más el poder de aquel misterioso anciano.
Sentado en el patio de su Aldea Riverside, Tia Hill y Henley Jones observaron nuevamente a Pedro, ambos sintiéndose perplejos acerca de este joven.
Ahora, Tia ya no actuaba como una princesa, y se sentaba con gracia en su silla.
—Pedro, ¿por qué hay tanta energía espiritual aquí? —preguntó Tia.