—Pedro, regresa rápido. Tus amigos están aquí —un aldeano vio a Pedro soñando despierto y le gritó.
—¿Sus amigos estaban aquí?
—Pedro se compuso y se dirigió a casa.
—Cuando llegó, vio a Julián Gibson.
—Julián, ¿qué te trae por aquí? —preguntó.
—Jeje, ¿por qué no puedo estar aquí? —Julián se rió.
—Por supuesto que puedes. ¡Bienvenido! —Pedro rió.
Peter luego notó que un camión estaba descargando jarras de vino.
—¿Podrías ayudarme a hacer doscientas jarras esta vez?
—¿Necesitas tantas?
—Jaja, no sabes lo bueno que es esto; tiene alta demanda —Julián comentó.
Pedro llevó a Julián a sentarse en el patio.
—Después de evaluar la situación, Julián comentó:
—Tu casa no es suficiente. Muévete a una mejor una vez que esté construida.
—Sí, ya casi está terminada. Todo lo demás está bien, pero primero necesito decorar mi villa.
—Está bien, te enviaré un montón de electrodomésticos para hacerla más acogedora. Acabo de revisar mi casa, ¡y no está nada mal! —Julián respondió.