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Al ver a Alvin Brown paseando por el pueblo con Pedro, y a los dos jóvenes siguiendo de cerca a Pedro, todos los aldeanos saludaron cálidamente a Alvin Brown.
—Jefe del pueblo, ¿a quién has traído al pueblo? —preguntó un aldeano.
—A mi nieto, Pedro, el hijo de Lila —respondió Alvin Brown.
—Jefe del pueblo, ¿cómo está la enfermedad de la Señora? —se interesó otro.
—Está bien, está bien —aseguró Alvin Brown.
...
A dondequiera que iba, Pedro veía que todos eran muy sencillos y tenían sonrisas en sus rostros.
Mientras caminaban, Alvin Brown dijo:
—Todos en el pueblo son amables. Pedro, debemos pensar en una forma de ayudarlos a desarrollarse.
Después de recorrer todo el pueblo, Pedro no pudo encontrar una manera de ayudarlos a crecer, lo que le causó algo de frustración.
Al llegar a la cima de una colina, Pedro miró alrededor y suspiró:
—El paisaje aquí es increíble. Es una lástima que no haya transporte. Si lo hubiera, este lugar podría convertirse en un sitio turístico.
