Esta mujer supo de un vistazo que Peter Brown debía tener la habilidad de atravesar sus defensas; su rostro cambió por primera vez.
Nunca había imaginado que en este reino hubiera un personaje tan poderoso.
Peter Brown tampoco había esperado que el Horno Ruyi tuviera tal habilidad. Lleno de alegría, impulsó el Horno Ruyi a empezar a absorber vorazmente.
Originalmente había muchas personas sentadas con las piernas cruzadas dentro del aro de cuentas, recitando escrituras, pero ahora la energía de esas escrituras comenzó a fluir hacia el Horno Ruyi, y la velocidad de rotación del aro de cuentas también comenzó a disminuir.
Las figuras formadas por la energía conglomerada de la fe comenzaron a desvanecerse, una por una transformándose nuevamente en energía y entrando en el Horno Ruyi.
—¿Qué tipo de horno era este? —preguntó Peter Brown completamente desconcertado.
—¡Muere! —gritó la mujer ya en pánico.