—Mi papá está mucho mejor ahora, pudo levantarse de la cama y caminar ayer —dijo Lois Abbott con una sonrisa.
—Mm, eso es bueno, mientras tome su medicina por más tiempo, debería recuperarse completamente —asintió Greg.
—Greg, gracias, si no fuera por ti, mi papá podría... —empezó a decir ella.
—¿Por qué mencionar eso? Después de todo, él es mi futuro suegro, ¿cómo no podría salvarlo cuando está en peligro? —interrumpió Greg.
Al escuchar su comentario, Lois Abbott levantó las cejas instantáneamente.
—Greg, tú... tú me estás tomando el pelo otra vez, si sigues así, yo... —empezó a decir enfadada.
—¿Qué harás, eh? —preguntó Greg con una sonrisa pícara.
—Si sigues molestándome, yo... dejaré de dejarte dormir —exclamó de golpe Lois.
—¡No te atreverías! La gente que incumple sus palabras necesita una nalgada —contestó Greg.
—Tú... —Lois fue completamente derrotada por él y supo que no podía ganarle con palabras.