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Desde el principio, sabía que Zhu Hailong no era confiable. Su relación era solo una explotación mutua, pero la solidez de tal relación podría dividirse en dos categorías: fuerte y débil. Obviamente, su relación con Zhu Hailong era extremadamente inestable.
Por ejemplo, ahora mismo, Zhu Hailong ni siquiera sabía lo que estaba pasando, y sin embargo había regañado a Yang Chen. Si su identidad se revelara, Zhu Hailong no le ayudaría en absoluto. Sería suficiente si no lo traicionase.
Ahora parecía que Li Ruoxiang de su fuerza amiga, la Secta del Loto Verde, era el único en quien podía confiar.
—Este chico ya tiene los tesoros, ¿piensa que puede tragárselos todos? Humph, si lo atrapo, le haré pagar —Zhu Hailong apretó los dientes de rabia.
