Medio año después, en un rango de montañas, un grupo de hombres fornidos con apariencias desaliñadas y grandes bocas barbudas, perseguían salvajemente, jurando y forzando sus piernas.
—¡Mierda, este chico corre demasiado rápido!
—¡Persíganlo, no dejen que este chico escape!
—¡Hagan caso al Jefe de la casa, persíganlo y no dejen que este chico se escape! Maldita sea, ¿acaso un pez marcado por nuestra Pandilla del Dragón y el Tigre puede aún escapar? —Un grupo de ladrones de montaña apretaron sus dientes y hablaron con enojo.
El Líder de la Pandilla dijo fríamente:
—Más les vale estar alerta, este chico puede parecer pequeño, pero es bastante capaz. Si logramos capturarlo de verdad, los tesoros que lleva no serán pocos. ¡Cuando llegue el momento, los repartiremos justamente entre nosotros!
—El Jefe de la casa tiene razón, este chico no es muy mayor, pero es tan difícil de tratar, debe tener muchos tesoros encima.
—¡Persigan!