Li Ruoxiang no era tonta; le quedó claro que la visita de Yang Chen hoy no era simplemente para discutir asuntos relacionados con la Escritura Verdadera del Taichi.
Sus labios se entreabrieron —Vienes a verme, no debe ser solo por la Escritura Verdadera del Taichi, ¿verdad?
Yang Chen asintió —Vengo a ti con asuntos aún más críticos... Bueno, es una larga historia, ¡pero está relacionada con la Placa del Dragón de Oro y Plata!
—Placa del Dragón de Oro y Plata... —Al escuchar esto, Li Ruoxiang se interesó de inmediato, sus ojos brillaban intensamente, incapaz de ocultar su emoción.
Sin embargo, antes de que pudiera terminar de hablar, unas voces frenéticas sonaron fuera de la puerta. Estos discípulos se pararon ansiosos frente al patio, diciendo uno tras otro —¡Líder de Secta, ha ocurrido algo terrible, algo ha salido mal, algo ha salido mal!
