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Yang Chen no sabía, pero esta vez había adivinado correctamente.
El Emperador Tiandu, de hecho, estaba pensando de la misma manera.
Él creó toda la herencia y dejó este tesoro, solo esperando que la gente de las generaciones futuras no sufriera como él lo hizo en su era, siendo aplastados por las bestias demoníacas. Esperaba que los jóvenes genios fueran lo suficientemente fuertes para resistir a las bestias demoníacas cuando aún eran jóvenes.
Así, en el futuro, cuando se vuelvan poderosos y la raza de monstruos ingrese nuevamente al territorio humano, puedan proporcionar una resistencia adecuada y contraatacar, a diferencia de su era, donde incluso expulsar al clan de bestias demoníacas era difícil. Al final, apenas lograron completar esta tarea confiando en sellos.
Tenía grandes esperanzas, pero el tesoro permaneció sin reclamar durante mil años. Desafortunadamente, ¿qué vio?
