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Tardó cinco días enteros para que Yang Chen emergiera gradualmente de su aislamiento.
Cuando abrió la puerta, vio a Yang Jin He esperando afuera, lo que lo conmovió profundamente. La espera de Yang Jin He sin duda expresaba la importancia que él tenía para él.
—¿Yang Chen, has salido del aislamiento? —dijo Yang Jin He, luciendo encantado. Le echó una mirada cuidadosa a Yang Chen, y su corazón desató una tormenta: "¿Tuviste éxito?"
—Me alegra no haberte decepcionado —Yang Chen pensó en los resultados de sus cinco días de aislamiento y se rió a carcajadas.
Yang Jin He se rió amigablemente, acariciando su pequeña barba:
—Es bueno que hayas tenido éxito. Yang Chen, todavía tienes un largo camino por delante; a veces, no necesitas apresurarte. Puedes progresar paso a paso y tomártelo con calma. No seas demasiado duro contigo mismo.
Ahora consideraba a Yang Chen como un tesoro y temía que algo pudiera salir mal con él.