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Mirando la figura familiar frente a ella, Zhang Yingeruo se quedó atónita por un momento. Sus hermosos ojos llorosos parecían olvidarse de llorar por un instante, mientras miraba fijamente la figura. ¡Quería grabar esta imagen en su memoria en ese instante, imprimirla profundamente en su mente y, con suerte, nunca olvidarla!
Él era Yang Chen.
El hombre que ella amaba en secreto, el primer genio del Gran Desierto - ¡Yang Chen!
—Yang... ¡Joven Maestro Yang Chen! —Zhang Yingeruo se ahogó al hablar, tratando de no llorar. Sin embargo, las lágrimas todavía brotaban inconteniblemente.
Había sido fuerte antes porque no tenía otra opción. Su fortaleza era su aseguranza para sobrevivir. Sin embargo, cuando vio aparecer a Yang Chen, su fuerza se desmoronó al instante, dejando solo la vulnerabilidad que había estado reprimiendo durante tanto tiempo.
La vulnerabilidad era la clave para descongelar sus lágrimas. Una vez desbloqueado, las lágrimas fluirían.