Yang Chen no es un hombre ávido de reconocimiento. Ya se lo había dejado claro a Zhang Dongjie. En pocas palabras, la oportunidad le fue dada a él. Si podía aprovecharla dependía completamente de sus propias habilidades.
Zhang Dongjie no es un idiota. Conoce el valor de la oportunidad. Yang Chen al prestarle la Calabaza de Nueve Estrellas le está dando la oportunidad e incluso prometió que si es capaz, puede reclamar todos los créditos por su cuenta.
Esta es una oportunidad que ni siquiera podría haber pedido.
Con esto en mente, agradeció a Yang Chen repetidamente:
—Maestro Yang, gracias. No defraudaré tus expectativas. Independientemente de mi éxito o fracaso, ¡cortaré los Cuernos Dobles del Demonio de Fuerza Gigantesca!
—Bien, con las palabras del Hermano Zhang, me siento tranquilo —sonrió Yang Chen.
Zhang Dongjie no perdió más tiempo, tomó la Calabaza de Nueve Estrellas y no pudo esperar para encontrar al Demonio de Fuerza Gigantesca.
