—¿Qué está pasando? —Basil Jaak vio a muchas personas reunidas en la entrada y no pudo evitar fruncir el ceño.
—Esos deben ser matones locales que vienen a cobrar dinero de protección —susurró Zoc.
—¿Esos matones se atreven a intentar cobrar dinero de protección en la obra? —Basil Jaak se burló—. Son demasiado inútiles.
—Bueno... esos matones son duros, preferimos no... meternos con ellos —La cara de Zoc estaba llena de vergüenza mientras dudaba en explicar.
—¡Uf! Sé que ustedes tienen familias, no hay necesidad de provocar a estos matones. Sin embargo, cuanto más retroceden, más arrogantes se vuelven —Basil Jaak sacudió la cabeza y le gritó a Zoc—. ¡Vamos a ver de qué se trata!