Lin Dong y Jin Yuan se miraron fugazmente durante su breve descanso.
Jin Yuan no pudo evitar decir:
—Doctor Divino Lin, realmente me sorprendiste. Solo tienes veintiún años, y sin embargo, tus artes médicas han alcanzado un nivel tan increíble —dame unos años más, y temo que ya no seré tu rival.
Lin Dong se encogió de hombros y dijo:
—¡No hace falta. Ya no eres mi rival ahora mismo!
Al escuchar estas palabras algo 'arrogantes', Jin Yuan no se enojó en absoluto; más bien se rió a carcajadas:
—¡Ese es el espíritu de la juventud! Sin embargo, vencerme no será tan fácil —además, Doctor Divino Lin, tu próximo paciente no va a ser fácil de tratar.
Después de decir eso, Jin Yuan se apresuró a continuar el tratamiento de acupuntura en el siguiente paciente.
¡Lin Dong también comenzó a tratar al siguiente paciente con acupuntura!
Justo como Jin Yuan dijo, su siguiente paciente en verdad no era sencillo. La condición del paciente era muy complicada.
Ella tenía múltiples enfermedades.