—No me atrevería. Usted es el Dios de la Guerra, y nosotros no somos más que soldados; ¿cómo podríamos cuestionarlo? —dijo Xiao Long.
Aunque dijo eso, el descontento en sus ojos era bastante evidente.
Las expresiones de los que estaban detrás de él eran las mismas.
—Ser terceros por la parte de abajo no es mucho, después de todo, ¡el equipo estándar del Departamento de Guerra de la Ciudad Demonio siempre está en ese lugar todos los años!
—Además, hemos cambiado de Dioses de la Guerra, así que incluso si caemos a terceros desde abajo, creo que otros entenderían nuestra...
...
Escuchando al Equipo Especial de Combate Qilin, Lin Dong se sintió bastante decepcionado con esta gente.
Movió su mano despectivamente y dijo:
—Que así sea, si piensan que soy incapaz de instruirles. ¡Entonces, busquen otro instructor!
—¡Mi enfoque principal esta vez es el equipo regular de operaciones especiales!
En sus ojos, esto era un experimento.
