—¿Qué dijiste? —Tang Jun se enfureció al escuchar las palabras de Lin Dong.
—¿Estás buscando la muerte? Es una cosa venir a mi casa, ¡pero hablar así! —Los doctores también fruncían el ceño en ese momento, mirando a Lin Dong.
—¡De dónde salió este buscador de atención! —Lin Dong ignoró a los doctores y en cambio miró a Tang Jun, hablando con voz fría—. Tang Jun, puedo salvar a tu padre.
—Tu padre ha sido envenenado. Lo advertí hace tres días, pero lamentablemente, no me creyó.
—¿Quieres seguir los pasos de tu padre?
—Sin embargo, si continúas obstaculizándome, en unas pocas horas, el cadáver de tu padre estará frío. Para entonces, incluso si poseo la habilidad de traer de vuelta a los moribundos, no habría manera de salvarlo.
Después de escuchar las palabras de Lin Dong, Tang Jun quedó completamente en silencio.