La cara de todos estaba llena de confusión.
—¿Qué acontecimientos pasados de la Familia Qiao? —preguntó Chu Yunxiu con curiosidad—. He sido vuestra nuera de la Familia Qiao durante tantos años, pero nunca los habéis mencionado.
Qiao Bing y Qiao Xue también estaban desconcertadas, sin tener idea sobre estos asuntos.
El Anciano Qiao suspiró en su corazón.
Esas cosas siempre habían sido su secreto, y no había querido compartirlas con Chu Yunxiu, Qiao Xue o Qiao Bing.
No quería involucrar a los tres con la Familia Qiao en la Ciudad Capital.
Eran solo gente común, y envolverse con ese tipo de familia adinerada no les traería nada bueno. Al contrario, les traería desastre.
Pero con la llegada de Qiao Xixi, sabía que ya no podía mantener el secreto más tiempo.
—En realidad, una vez pertenecí a la familia Qiao de la Ciudad Capital —explicó el Anciano Qiao.
