Al día siguiente.
Finalmente, el día tan esperado había llegado. Bella y Tristan cenarían esta noche en la Casa Dorada, la residencia oficial del presidente de este país, Jayson Spencer, y su familia.
Bella no podía ocultar su nerviosismo. Era la primera vez que salía oficialmente con Tristan para conocer a sus amigos o socios de negocios.
Cuando conoció a la diseñadora hace unos días, Bella le pidió que diseñara un vestido que no revelara las curvas de su cuerpo porque no quería que otros supieran de su pequeña barriguita de embarazada.
Ahora, Bella se miraba al espejo vestida con un vestido negro a la altura de la rodilla y cuello redondo —un vestido simple y elegante.
Como de costumbre, Bella no usaba maquillaje; solo se aplicó brillo labial incoloro para lucir fresca. Dejó que su cabello ondulado negro como la tinta fluyera hacia su espalda. Pero aún sentía que algo faltaba en su apariencia.
