Bella y Tristan salieron del hotel poco después.
Esa noche, Tristan deliberadamente no llevó conductor ni guardaespaldas, como de costumbre, porque quería pasar la noche solo con Bella.
Sin embargo, Bella se sintió preocupada al verlo manejando en medio de una carretera concurrida. Estaban manejando al lado de trabajadores de oficina que volvían a casa, y la calle se veía ocupada.
Ella lo miró varias veces, queriendo expresar sus preocupaciones, pero no pudo. Pasaron algunos minutos más y finalmente se detuvieron en el semáforo.
—Esposo, deberías haber usado un conductor —dijo Bella, mirándolo preocupada—. Las carreteras aún están zumbando con coches; pensé que encontraríamos tráfico adelante.
—Está bien —respondió Tristan, mirándola mientras le arreglaba el cabello—. Sonrió amorosamente hacia ella.
Continuó: