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Lucas levantó lentamente la cabeza cuando no escuchó que Bella decía nada. Estaba preocupado de que Bella lo despreciara aún más.
—Por favor, no te sientas obligada, Bella. Entiendo y no te forzaré a perdonarme —dijo Lucas con una sonrisa, intentando romper el hielo entre ellos.
—No, no me siento obligada. Simplemente me siento extraña hablando contigo ahora.
Lucas frunció el ceño ligeramente. —¿Extraña? Por favor, Bella. Ya no tengo la voluntad y la energía para mentirte. He llegado a un acuerdo con cómo ahora tengo que pagar las consecuencias de todo lo que te hice a ti y a tu madre.
—Está bien. Pero tienes que entender por qué me siento así. Siento como si estuviera hablando con alguien más —Bella le ofreció una sonrisa a medias.
