—Tristan, como buena esposa, siempre debo apoyar a mi esposo... No pude evitar preocuparme cuando supe que abandonaste tu trabajo solo para estar a mi lado durante este difícil momento —confesó Bella, escondiendo su rostro en el abrazo de él. Se sentía demasiado tímida para expresar sus sentimientos hacia él.
Cuando escuchó el latido de su corazón, más fuerte de lo habitual, tragó en silencio antes de preguntar de nuevo.
—Entonces, ¿vamos a pasar nuestro tiempo aquí con Dax? ¿No vas a ir también a la oficina? —Intentó cambiar de tema.
Después de escuchar sus dulces palabras, los labios de Tristan se curvaron en una sonrisa amorosa. Quería ver su rostro tímido, pero ella ya se estaba ocultando.
Tristan soltó una leve risa antes de decir:
—¡Sí! Tomaré mi semana de descanso, justo como tú —La atrajo más hacia él.
Bella se sorprendió al saber que él también estaba tomando un permiso prolongado. Levantó la vista para ver sus ojos, preocupada nuevamente por su acto.
