Una sonrisa irónica apareció en los labios de Max, sabiendo que Grim Reaper había reconocido su identidad. No sabía si alegrarse o no, porque habían pasado tantos años y este hombre aún lo recordaba.
Tras calmar su sorpresa, Max no pudo evitar regañarse por preocuparse demasiado. Grim Reaper nunca le haría daño si no rompían su acuerdo.
—¡Vamos! Cálmate, hombre. Si este hombre hubiera querido hacerte daño, ya lo habría hecho hace mucho tiempo. —Max intentó convencerse varias veces.
—Claro, ¡GR! Sé acerca del Grupo RDF... —Max sonrió al ver la expresión de Gael, que no era muy expresiva.
Stefan permaneció tranquilo y compuesto después de escuchar las palabras de Max. Lo miró durante unos segundos más antes de que una media sonrisa se formara lentamente en la esquina de sus labios.
—Hombre, antes, ¿por qué parecías sorprendido? ¿Pensaste que no te reconocería? —preguntó Stefan.