—Sí, me enteré ayer por ellos. Lo siento por ti, chica. Espero que puedas resolver las cosas pronto —dijo Harper con genuina preocupación.
—Ya casi estamos allí —Bella respondió amargamente. Sentía que sus problemas se habían duplicado desde que regresó a este país. Tanto su familia como la familia de Tristan la esperaban en cada esquina.
—Harper, Bella, ¿les importaría dejar de hablar? —La voz de Leo las distrajo mientras lo miraban—. Tenemos deliciosos alimentos delante de nosotros. Vamos a comer.
Dejaron de hablar, sus ojos fijos en los deliciosos platos sobre la mesa.
Los ojos de Bella brillaron al ver el bistec, las verduras salteadas y el arroz frito servidos en el centro para compartir.
—Oh, ¿esto es arroz frito Hibachi con bistec? —Bella preguntó emocionada, mirando a Sam, que estaba sentado enfrente. Recordaba haber comido este plato en su restaurante japonés favorito.