Cuando Bella sintió que el abrazo de Sean se aflojaba lentamente, dio un paso atrás para ver su rostro más claramente.
Lucía guapo como de costumbre, con un rostro liso y limpio, a diferencia de las personas que regresaban de misiones peligrosas, que solía ver en las películas de acción donde los protagonistas volvían con varias heridas en sus cuerpos.
Bella se sintió aliviada de ver a este hombre igual que cuando lo vio por última vez hace unos meses.
—Sean, ven conmigo. Vamos a sentarnos primero —dijo Bella, caminando hacia el área de descanso sin esperar a que él respondiera.
Sin embargo,
Antes de que Bella se acomodara en el sofá, miró a Sean, que ahora estaba sentado en el sofá individual frente a ella.
—¿Qué te gustaría beber, Sean? —intentaba actuar con naturalidad, pero su tono rígido aclaraba su incomodidad.
—Como siempre, por favor —respondió él.
—Está bien —Bella se dirigió de inmediato al minibar para preparar su té Earl Grey favorito y un latte para sí misma.