—Mamá, por favor deja de llorar. Te ves fea con esas lágrimas —Bella se rió cuando vio a su madre asentir mientras se secaba las lágrimas de sus mejillas.
—Está bien, está bien. Dejaré de hacerlo —dijo Natalie, su ligera sonrisa parecía una mueca—. Pero solo si prometes contarme todo sobre tu hijo y esposo...
—Claro, Mamá. Puedes preguntarme lo que quieras. Te responderé —Bella estaba emocionada de compartir sobre su vida reciente.
Natalie guardó silencio por un momento. De repente, numerosas preguntas inundaron su mente. Sin embargo, lo que más quería saber era cuándo su hija se había vuelto a casar y quién era su esposo.
Ella miró a su hija con amor, preguntando:
—Bella, ¿cuándo te volviste a casar? ¿Y quién es el afortunado que finalmente ganó tu corazón otra vez?
—Mamá, solo me he casado una vez, y fue con la misma persona —dijo Bella, sonriendo al ver los ojos de su madre abriéndose de par en par de la sorpresa. Antes de que su madre pudiera responder, Bella continuó: