Cuando Bella salió de la oficina de Angie Robert, vio a Dylan y Bryan esperándola al final del corredor cerca del ascensor.
Caminó hacia ellos, pero con cada paso que daba, sentía como si hubiera pesos alrededor de sus tobillos; sus pasos eran tan pesados.
Su mente todavía intentaba procesar lo que había discutido con la Doctora Angie. Incluso cuando Bryan le preguntó algo, ella no escuchaba ni entendía realmente lo que él decía. Solo pudo asentir y mirarlo presionar el botón del ascensor.
Más tarde, Dylan caminó y, parándose frente a ella con un café latte en su mano, Bella salió de sus pensamientos, escuchando sus palabras.
—Señora, su café —dijo Dylan, entregándole a Bella un cálido café latte.
Una sonrisa tenue apareció en su rostro mientras decía —¿Cómo sabías mi favorito? —, aceptando el café antes de continuar hablando de nuevo —¿Le preguntaste a mi esposo sobre eso?
Dylan negó con la cabeza —No, señora. Le pregunté a Sam.