Al ver sus ojos, que parecían desafiarlo, fue suficiente para hacer que Lucas se sintiera aún más molesto con esta mujer inútil.
Mordiéndose los dientes en silencio, dijo—No te detendré, Natalie Wright. ¡Puedes irte ahora si quieres!
Lucas sabía que esta estúpida Natalie no se atrevería a dejar la casa sin nada. Ella dijo esas palabras—dejar la casa—solo para enfadarlo porque habían peleado anoche.
Una sonrisa burlona aparece lentamente en sus labios. No se molestó en ver su expresión lastimosa de nuevo.
Caminó hacia la ventana de cristal, de espaldas a ella, tratando de disfrutar del paisaje exterior mientras se contenía de reírse de su tontería.
Oh, Natalie Wright… una mujer como tú nunca me dejaría. Sé que disfrutas siendo una señora y eres demasiado tímida para volver a ser una mujer pobre de nuevo—Lucas se rió para sí, sintiéndose satisfecho de haberle dado una lección.
Más tarde,