—¿T-Tía Emma? —Bella murmuró en voz baja mientras agarraba el brazo de Tristan, demasiado sorprendida para ver a su tía en su casa.
Preocupada de que Tía Emma no fuera la única que había venido, miró alrededor para comprobarlo pero no vio a nadie más—solo el abuelo Sinclair y la Tía Noora estaban en la habitación.
Sintiendo alivio de que sus tíos y su padre no estuvieran allí, Bella miró a Tristan, quien parecía tranquilo a su lado. Ella entrecerró los ojos, sospechando que él sabía de la llegada de la Tía Emma, pero se lo había ocultado.
—¿Sabías algo de esto? —le preguntó a él en apenas un susurro; solo él podía escucharla.
Tristan bajó la mirada, la miró y negó con la cabeza. —No. Igual que tú, también estoy sorprendido de ver a tu tía aquí... —Susurró.
Ella lo dudaba porque su expresión permanecía calmada y no vio sorpresa en sus ojos.
—Esposo, ¿mi tía vino con alguien?