Al instante, innumerables preguntas llenaron la mente de Amanda.
—¿Ellos terminaron? ¿Es por eso que Bella me devolvió esta tarjeta? No, no... No creo que hayan terminado... Es imposible, ¿verdad? —Amanda recordó que lo primero que hizo Sean tras llegar a este país ayer fue llamarla y pedirle que enviara flores a Bella. Su sobrino es un novio tan dulce. Ahora envidia su juventud.
Tras una pausa y pensar durante unos segundos más, Amanda finalmente pudo expresar sus pensamientos.
Le sonrió a Bella antes de decir:
—Bella, lo siento. Esta tarjeta no es mía sino de Sean. Si quieres devolverla, deberías devolvérsela a él, ¿cierto?
Bella estaba atónita.
Lo que había dicho Amanda era acertado. Había olvidado a Sean, quien le había dado esa Tarjeta Negra. Pero desde ayer, todo lo que tenía en mente era cómo devolverle inmediatamente la tarjeta a Amanda. ¡Dios!
Bella se regañó en silencio, diciendo: