—¡Maldición! ¿Será que él... —Leo estaba demasiado asustado para continuar sus pensamientos. Inmediatamente sacudió la cabeza para descartar la idea de que este hombre realmente fuera gay.
—Oye Leo, ¿puedes mostrarme mi habitación? Estoy muy cansado y necesito dormir ahora... —Stefan bostezó.
Leo tragó silenciosamente, volviéndose para ver la mano de Stefan en su hombro. Esta era la primera vez que un hombre que acababa de conocer se atrevía a tocarlo.
Después de ajustar su expresión sorprendida, Leo le respondió casualmente. —Claro, hombre... —Sonrió incómodo. Sus ojos se fijaron en la mano de Stefan, apretando su hombro.
Incapaz de aguantar más, Leo se volvió para encontrar su mirada.