—Tristan es muy trabajador... —Isaac rió entre dientes y se volteó para ver a Bella—. No tienes que trabajar tan duro para construir la empresa de otra persona, querida. Quédate en casa y juega con Dax... Deja que Tristan trabaje duro.
Isaac está preocupado al verla trabajar tanto. Él creía que su nieta no sabía que su vida ya no era miserable, a diferencia de cuando estaba sola en un país extranjero.
Bella sonrió al escuchar las palabras de su abuelo.—Abuelo, gracias por tu preocupación. Pero no puedo dejar de trabajar porque no puedo abandonar e ignorar mis responsabilidades en mi empresa. Tengo que trabajar
—¿Te pagan tan bien que no quieres renunciar? —Isaac la interrumpió antes de que Bella pudiera terminar sus palabras—. Querida nieta, podría enviarte dinero infinitamente cada mes para reemplazar el salario que te pagan. ¿O te preocupa romper el contrato? —preguntó, con un tono que mostraba una auténtica preocupación.