Los otros tres gángsters se lanzaron hacia Bella mientras balanceaban el bate de béisbol de hierro hacia ella. Sus ojos lucían espantosos y salvajes. Era como si quisieran matar a Bella en venganza por su Jefe ensangrentado.
—¡Bella, ten cuidado, detrás— Leo gritó mientras se levantaba y corría hacia Bella para ayudarla.
Sin embargo, Leo detuvo sus pasos cuando vio que Bella había desaparecido de donde estaba, evitando el ataque de los gángsters.
¡Pop!
¡Pop!
Se oyeron dos pequeños sonidos de disparos cuando Bella le disparó a dos de los gángsters que la atacaron. Ambos cayeron al suelo, llorando de dolor cuando las calientes balas golpearon sus rodillas.
Los movimientos de Bella eran tan rápidos que nadie podía predecir su movimiento. En un abrir y cerrar de ojos, estaba detrás del último gángster presionando el extremo del silenciador contra su cabeza.
—¡Un solo movimiento y tu cerebro se pulverizará! —dijo ella en un tono frío que parecía bajar la temperatura a su alrededor.