—¿Y entonces?
—Intentó rastrear a la Joven Señora, pero hasta ahora no pudo encontrarla. Tratamos de llamarla con un teléfono anónimo, pero el teléfono no fue contestado —Reid tomó una profunda respiración antes de continuar—. Señor, le sugiero que llame a la Joven Señora; quizás ella conteste si usted llama.
Los dedos de Tristan temblaban mientras marcaba el número de Bella, su corazón latía más fuerte que antes. El sonar del teléfono resonaba en sus oídos, pero seguía sonando, y la voz de Bella estaba ausente.
Él sabía que Bella nunca silenciaba su teléfono para cualquier llamada entrante de él o de Dax, y su falta de respuesta le enviaba un escalofrío por la espina dorsal —ella no estaba cerca de su teléfono.
—Sam... —Tristan murmuró mientras llamaba al número de Sam. La voz de Sam se podía escuchar del otro lado en solo un segundo tono.