—¿Cómo se atreve a besarlo primero? —Bella todavía no puede creer lo que está haciendo.
Como si supiera que su esposa estaba avergonzada, Tristan, con un profundo entendimiento de sus sentimientos, no intentó burlarse de ella. Rodeó sus brazos alrededor de ella y la abrazó más fuerte, ofreciéndole consuelo.
—Buenas noches... —susurró, descansando ligeramente su barbilla en la parte superior de su cabeza. Intentó dormirse con una sonrisa pegada en su cara.
Esa noche, pareció tan corta.
Cuando Tristan abrió los ojos, la luz brillante de la ventana deslumbró sus ojos. Tras ajustar su visión a la luz, vio a Bella todavía en sus brazos. Una sonrisa cálida emergió lentamente de sus labios. Se sintió abrumado de gratitud por su recién encontrada cercanía.
Dormir abrazando a la mujer que amaba ya no era solo un sueño. Inesperadamente, ahora podía derretir el corazón de Bella y hacer que ella lo aceptara completamente. Pensó que Bella aún necesitaría más tiempo, pero estaba equivocado.