—¡Cielos! Parece que mi suerte para hoy se ha agotado. ¿Cómo podría evitarlo en este pequeño pasillo?
En lugar de responder a su pregunta, ella le preguntó:
—¿Qué haces aquí?
Henry frunció el ceño, mostrando claramente que no le gustaba cómo respondió ella.
—¿Qué más querría estar en esta aburrida parte de la ciudad si no es por trabajo? —dijo—. ¿Y tú? —volvió a preguntar.
—¿Trabajo? ¿Qué tipo de negocio tiene el Grupo Donovan en este lugar? —Bella empieza a sospechar de este mocoso.
—¿Por qué quieres saberlo? —Henry está un poco molesto de que esta chica aún no haya respondido a su primera pregunta, aunque él la hizo primero.
—Por favor, finge que no me has visto aquí. ¡Adiós! —dijo Bella, luego se alejó, dejando a Henry cada vez más enfadado.
Henry la persiguió, gritando:
—¡Detente ahí, perra! —Le bloqueó el paso y continuó:
— No he terminado de hablar contigo, hermanita. —Pasó los dedos por su cabello, sintiendo que su ira hervía mientras la miraba fijamente.
