Bella se estremeció al pensar en la aguja perforando su piel una vez más para extraer su sangre.
Sentía que dar a luz ya había sido suficiente calvario, con todos los procedimientos y tener que quedarse a pasar la noche en el hospital. Se hizo una nota mental para evitar volver a este hospital en el futuro.
—¿Él prescribe alguna medicina para mí? —no pudo concentrarse antes debido a un dolor de cabeza cuando el doctor le habló.
—Por supuesto, ya he puesto todas tus medicinas y vitaminas en tu bolsa. Y también he arreglado la administración y el cargo del hospital. ¿Jefa, quieres quedarte aquí o volver?
—¡De vuelta a la Villa, por supuesto! —dijo Bella con firmeza.
—Está bien. Salgamos de aquí —Sam sonrió mientras llamaba a la enfermera para pedirle que retirara la aguja del suero.