Bella quedó impactada por su respuesta. Apretó un poco más fuerte el agarre de sus manos entrelazadas.
—Pero Mami, eso era solo mi opinión. Nunca te forzaré a seguir mi elección de reunirte con Papá. Lo que más me importa es tu felicidad. Así que por favor, no decidas nada solo por mí. Solo sigue tu corazón. Soy solo un niño. Los niños son seres humanos fuertes y fácilmente adaptables, Mami —se quedó sin palabras cuando escuchó hablar a su hijo de cuatro años como la Tía Noora. Sonaba maduro, y ella se sintió avergonzada porque sus palabras eran correctas.
—Eres un niño tan sabio y genio, Dax. Gracias, cariño... por compartir con mamá lo que hay en tu corazón y mente —dijo Bella. Sonrió mientras colocaba suavemente su mano en la regordeta mejilla de él—. Estoy muy agradecida de tener un hijo sabio, inteligente y maduro como tú... Siento que no quiero o necesito a nadie más en el mundo que a ti. Solo a ti, mi hijo...