El coche finalmente se detuvo en el patio. Antes de que Bella pudiese salir del coche, Tristan la detuvo.
—Bella, por favor espera.
—¿Sí?
—¿Sigues malinterpretándome o ya me entiendes?
Una sonrisa culpable apareció en el borde de los labios de Bella. Ella lo miró lo preocupado que estaba ahora.
—Lo siento, Tristan, te he estado acusando todo este tiempo. Sí, ahora te creo.
Saber lo que sucedió en el pasado la hizo preguntarse si no se hubiera detenido a encontrarse con él en aquel momento; aún serían marido y mujer. Dax crecería con una figura paterna a su lado, y este hombre sería un padre fantástico para su hijo.
Una oleada de calidez envolvió a Bella al imaginar su feliz pequeña familia, provocando que una suave sonrisa se extendiera por sus labios. Sin embargo, su sonrisa se desvaneció lentamente cuando se dio cuenta de que todo eso era solo su anhelo.