—Está bien, Sean. No te preocupes por mí. Solo concéntrate en tu misión —dijo ella, sonriendo como si Sean estuviera frente a ella—. Por cierto, fui a Sushi Tei hace unos días.
Bella intenta desviar la conversación. Se negó a dejar que esta feliz llamada telefónica se volviera sombría.
—¿En serio? —El tono emocionado de Sean se podía escuchar, haciendo que Bella se sintiera aliviada.
—Sí... el edificio de mi oficina está cerca a un restaurante Sushi Tei, así que tal vez vaya allí a menudo.
—Suena genial, Bells. Bueno, mandaré a alguien para que te envíe mi tarjeta de acceso. Así podrás visitar los restaurantes y hoteles de mi familia sin hacer cita, y tampoco tendrás que hacer cola ni pagar nada.
La sonrisa de Bella se desvaneció lentamente al escuchar su frase. '¡¿Eh!? ¿Por qué cambió la dirección de la conversación!?'
Rápidamente lo rechazó.
¿Cómo podría aceptar algo así de él?