—Lo siento, mi amigo no estuvo de acuerdo, así que... —se encogió de hombros Leo.
El mánager de Laura se quedó sin palabras. No podía creer que alguien se negara a un autógrafo de Laura Kiels.
Anteriormente, se abstenía de mencionar el nombre de Laura al acercarse a las personas, temeroso de que alguien pudiera tomar un video o una foto y compartirla en las redes sociales.
Sin embargo, después de luchar por convencer a algunas personas, todas en vano, sintió que no tenía otra opción.
Al observar a estos dos, que parecían ser empleados ordinarios y relativamente jóvenes, se atrevió a ofrecerles la firma de Laura.
No obstante, tampoco había anticipado su rechazo.
—¿En serio no reconociste mi talento? ¡Bien! Te arrepentirás de tu decisión, hombre... Si algún día nos encontramos de nuevo y preguntas, ¡no te la daré!
El mánager mira al apuesto hombre con severidad antes de girarse hacia la mujer que está delante.