—¡Habla claro! Ya estoy viejo. No puedo entender las capas de tus palabras —Isaac aclaró su garganta, su intimidante mirada parecía lo suficientemente aguda como para enviar escalofríos por la espina dorsal de Tristan.
—Señor, mi estado legal con Bella sigue siendo de marido y mujer. Nunca entregué nuestros papeles de divorcio al tribunal. Si quisiera pedirle que vuelva conmigo, podría .
—¡¿QUÉQUE!? TÚ-TÚ... —Isaac no pudo continuar sus palabras. Su corazón se sintió pesado. Puso su mano sobre su pecho, intentando respirar normalmente, impactado por lo que escuchó.
Tristan se preocupó cuando ve la cara de Isaac ponerse roja como si toda su sangre se precipitara directamente en su rostro.
Por miedo a desencadenar la presión arterial de Isaac o provocarle un ataque al corazón, Tristan se muestra reacio a continuar esta conversación.