—No, estoy demasiado hambriento como para andarme con rodeos con ellos. Terminemos la diversión aquí —Leo rió entre dientes, fijando su mirada en el mesero—. ¿Está lista la habitación VIP?
—Sí, señor, ¿usted...?
—Por favor, llévanos a la habitación —Leo interrumpió antes de que el mesero pudiera terminar su frase—. Miró a Bella—. Vamos, vamos, me muero de hambre...
El mesero quedó sorprendido por el repentino cambio en la expresión del hombre después de escuchar el nombre de Laura Kiels.
—Señor, ¿qué pasa con la habitación? ¿Y el almuerzo gratis? —preguntó, siguiéndolos, impotente.
Leo detuvo sus pasos, volviéndose hacia el mesero. Su expresión previamente amistosa lentamente se volvía fría y feroz.