Tristán soltó un profundo suspiro, sintiéndose impaciente.
—¡Maldita sea! —exclamó en voz baja, atrayendo de repente la atención de diez pares de ojos.
Todos los directores en la sala se sorprendieron al escuchar a su jefe maldecir durante una reunión tan importante.
Cuando vieron que la expresión del Jefe se oscurecía, como si alguien acabara de provocar su ira, nadie se atrevió a hacer ruido.
El silencio llenó la habitación, haciendo que Tristán frunciera el ceño. Miró al Director de Finanzas, que seguía de pie en la cabeza de la mesa, sosteniendo un puntero y devolviéndole la mirada.
Narrowing his eyes at the Director before saying, "Why did you suddenly stop talking? Is your report finished?"
—Señor, usted acaba de maldecirme —dijo temblorosamente el director financiero, notando la ira en la expresión de su Jefe.