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—Hola, ha pasado un tiempo, Bella —la encantadora voz de Tristan venía del otro lado, haciendo que Bella sujetara su teléfono móvil con fuerza—. ¿Cómo estás?
—¿Qué quieres? —dijo ella fríamente.
La sonrisa de Tristan se volvió poco a poco amarga cuando escuchó su respuesta fría —¿Podemos encontrarnos? Hay algo de lo que necesito hablar contigo...
Bella no dijo nada.
—Sé acerca de nuestro hijo. Necesitamos hablar de él, Bella —dijo calmadamente, aunque su corazón se sintió endurecido mientras esperaba su respuesta.
Bella se sorprendió al escuchar sus palabras. Incontables preguntas ahora llenaban su mente: ¿Cómo podría él saber sobre Dax? ¿Se lo contó el abuelo Sinclair?
A pesar de su sorpresa, Bella no encontró las palabras para responder. Simplemente se quedó donde estaba sujetando su teléfono móvil con fuerza.
—Por favor dame un tiempo y un lugar. Iré a ti —dijo pacientemente—. Si necesitas más tiempo, simplemente avísame cuando estés dispuesta a encontrarte.