—Adira, ¿entiendes las implicaciones de evitar mis llamadas? —Una voz enojada llegó a los oídos de Adira cuando ella contestó el teléfono.
Respiró profundo antes de responder:
—Lo siento, pero no era el momento adecuado.
—¿Y ahora lo es?
Adira miró a su alrededor con cuidado. No había nadie, así que se relajó y habló:
—No. Tuve que excusarme del entrenamiento. Sería mejor si no llamas por un tiempo, Alfa Conrad.
—Pero no me has dado ninguna información.
—No está pasando nada —respondió Adira cuando siguió la próxima pregunta.
—Escuché que Alessia tomó tu lugar.
Recordando el dolor en los ojos del Alfa Denzel, Adira se sintió culpable. No podía imaginar otra tragedia que le sucediera a él. Además, ese hombre confiaba en ella para tantas cosas.
—Fue mi error. Maté a Stan para que no te delatara. Eso hizo al Alfa Denzel sospechoso.
—Espero que estés diciendo la verdad porque si me entero de que me estás mintiendo, sabes lo que haré.