—¿Es la palabra "descanso" lo que no entiendes o tienes tantas ganas de dormir en mi habitación? —preguntó Alfa Denzel desde atrás de ella, y ella dio un grito de susto.
Alfa Denzel tenía una forma de acechar sin ser detectado, así que ni siquiera sus pasos podían escucharse. Lamentablemente, Valerie tampoco podía rastrear su aroma porque su lobo estaba muerto. El hombre era tan extraño que le sacaba la vida de susto.
—Oh diosa, pensé que te habías ido.
Alfa Denzel sostuvo su mirada aterrorizada inexpresivamente mientras le quitaba la podadora de manera brusca. —Conseguiré a alguien para que recorte los arbustos. Ve a la cama.
Poco a poco, Valerie comprendió su razón para regresar y sorprenderla. Habiendo prometido al doctor asegurarse de que durmiera, Alfa Denzel tenía la intención de cumplir su palabra.