La cara de Tao Yi se tensó, luego salió corriendo después de soltar una frase.
—Quizás es... —dijo.
Hai Xiaotang y Dongfang Yu quedaron completamente atónitos.
¿Cómo podría el niño ser de Tao Yi?
¡Esto era demasiado... incomprensible!
—¿Escuchaste eso? ¡Dijo que es suyo, dijo que el niño es suyo! ¡No mío, escuchaste eso?! —gritó Dongfang Yu, con un destello en su ojo, mientras agarraba fuertemente los hombros de Hai Xiaotang.
Hai Xiaotang miró con los ojos muy abiertos e incrédula.
No podía comprender cómo Tao Yi y Wen Yue... ¿cómo podrían estar involucrados el uno con el otro?
—Hai Xiaotang, ¿me escuchaste? ¡El niño no es mío! Dije que no es mío, ¿me crees o no?! —sacudió su cuerpo, Dongfang Yu, enfatizando.
Hai Xiaotang vio su mirada despiadada que parecía que la iba a desgarrar. ¡Dudó si no le creía ahora, él podría realmente hacerlo!
Entonces, sabiamente asintió con la cabeza.
—Creo, creo…
