Hai Xiaotang tiene una personalidad sencilla. Especialmente sus ojos, claros e inocentes, no una ingenuidad producto de desconocer el mundo. Más bien, proviene de una sabiduría ganada a través del viaje de mil velas, su corazón conserva firmemente un elemento de simplicidad e inocencia.
¿Quién no desearía a una mujer con el corazón siempre impoluto como el de una joven doncella?
Es por eso que a Dongfang Yu le gusta tanto, y ella lo entiende.
Aún así, hay un aguijón de arrepentimiento en su corazón...
Wen Yue dejó su taza de café, preguntando con una sonrisa:
—¿Sabes de qué quiero hablar contigo?
Hai Xiaotang negó con la cabeza:
—No lo sé.
—De lo que quiero hablar contigo es sobre Dongfang.
Hai Xiaotang asintió, —Lo suponía. Pero, ¿qué quieres decirme?
—¡Durante los últimos años, he estado con Dongfang! —Wen Yue declaró sin rodeos.
Hai Xiaotang se sorprendió, no esperaba que ella dijera eso.