Ella no quería este hijo para nada.
Pero para sobrevivir, no tenía más remedio que dar a luz...
Pero una vez que naciera, sería un hijo sin madre.
En resumen, Qiao Ning se sentía completamente impotente. ¿Por qué su vida había resultado así?
¿Por qué había caído en un abismo tan profundo del cual parecía no haber salida?
Aun sintiéndose tan insignificante y lamentable, aún quería vivir.
No era por miedo a la muerte, sino porque le había prometido a Xiaotang sobrevivir cueste lo que cueste. Había hecho tantos sacrificios por ella, no podía permitir que los esfuerzos de Xiaotang fueran en vano.
El instinto de supervivencia también la impulsó a querer vivir...
Entonces, tenía que seguir viviendo, a pesar del dolor y la humillación.
Qiao Ning ajustó rápidamente su mentalidad y aceptó al niño en su vientre. Su destino ya era sombrío, así que no le importaba que empeorara aún más.
Este hijo se convirtió en su compañía y esperanza.
