Había tomado una decisión, ¡los mataría a todos, sin perdonar ni una sola alma!
Mientras tanto, Dongfang Hen ya había recibido el resultado de una prueba de ADN.
—Joven Maestro, aquí están los resultados de la prueba —su subordinado más leal le entregó respetuosamente el informe de ADN.
Dongfang Hen lo tomó con despreocupación, sin prisa, lo abrió con tranquilidad.
No fue hasta que vio lo que se escondía dentro del informe, que una onda finalmente distorsionó su mirada habitualmente gélida y oscura...
...
Dongfang Zujie y He Meilian regresaron después de una semana de diversión.
Por la noche, su familia se reunió para cenar en un ambiente acogedor y jovial.
Sin embargo, una flota de una docena de sedanes negros imponentes llegó a su mansión, desembarcando un sinfín de guardaespaldas.
La amenazante marea de hombres emitía un aura inexplicablemente escalofriante y mortal...
Forzaron la puerta, tomando el control de cada sirviente en la villa.